Terapia celular: ¿qué es y qué podemos esperar de ella?
La terapia celular se basa en la capacidad de diferentes modelos celulares de formar músculo en placas de cultivo e in vivo en el interior de los músculos de animales de experimentación. Estas células son conocidas como células madre. En el caso de las distrofias, se pretende inyectar células madre sanas obtenidas de un donante en el interior de los músculos, para que éstas proliferen y sustituyan al músculo enfermo por un músculo sano. El músculo esquelético es el tejido más abundante del cuerpo humano. Desgraciadamente los trasplantes de un músculo entero, como si se tratase de un hígado, no son posibles todavía dados los problemas de inervación y vascularización de los implantes. Por lo tanto el único acercamiento posible es a través de inyectar células que substituyan a las fibras musculares dañadas.
Los primeros ensayos se realizaron con células satélite obtenidas de biopsias musculares de donantes sanos. Todos los ensayos se realizaron en pacientes afectos de una distrofia muscular de Duchene. Las células se trasplantaron mediante inyección muscular directa en el interior de los músculos enfermos. Los resultados mostraron que estas células son capaces de diferenciarse en el interior del músculo y fusionarse con las fibras residentes dando paso a nuevas fibras musculares que expresaban distrofina. Desgraciadamente hubo varios problemas que han llevado al cese de los experimentos con estas células: en primer lugar la mayoría de las células inyectadas moría en 24 horas tras el trasplante, en segundo lugar, las células restantes apenas se movían del punto donde se habían inyectado y aunque eran capaces de unirse a fibras enfermas, el número total de fibras reparadas era tan bajo que no repercutía en ninguna mejoría clínica significativa. Gracias a estos experimentos, aprendimos que uno de los factores limitantes en estas terapias era la correcta distribución de las células. El hecho de que las células apenas se movieran de alrededor del punto de inyección implicaba que cientos de miles de inyecciones deberían realizarse para poder cubrir todo un músculo, convirtiendo este método de inyección en algo imposible.
Otros modelos celulares han sido probados en modelos animales de diferentes distrofias musculares. De todos ellos el único que ha sido probado en un ensayo clínico en humanos son los mesoangioblastos. Se trata de un tipo de célula madre mesenquimal, que posee una característica que las diferencia del resto de modelos descritos hasta el momento, y es su capacidad para atravesar los vasos sanguíneos y entrar en el músculo enfermo si existe inflamación activa. Este hecho permite su distribución sistémica mediante una inyección intraarterial de las células y evita el problema de tener que inyectar las mismas en cada uno de los músculos enfermos. Los experimentos realizados en modelos animales de distrofia muscular de Duchene son esperanzadores ya que han demostrado una mejoría clínica significativa. En este momento se está realizando un ensayo clínico con estas células en Milán, donde cinco niños han recibido un trasplante celular. Se espera que los primeros resultados se conozcan en breve, en los próximos meses.
Jordi Díaz Manera Unidad de Enfermedades Neuromusculares Servicio de Neurología Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona