Un golden retriever con la mutación del gen de la distrofia muscular de Duchenne (DMD), se mantuvo inesperadamente sano para la vida, lo que ha generado el interés en una nueva vía de investigación sobre el tratamiento de la DMD. El estudio, que fue publicado en la revista Cell y apoyado en parte por el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS), reveló que un gen no conocido que está relacionado con la DMD, puede ser prometedor para contrarrestar los efectos del desgaste muscular de la enfermedad.
La DMD es un trastorno genético provocado por la ausencia de distrofina, una proteína implicada en el mantenimiento de la integridad de los músculos. La enfermedad, que afecta principalmente a los niños, se manifiesta a la edad de 3 años. En la adolescencia, la mayoría de las personas con este trastorno pierden la capacidad de caminar. El corazón y los músculos respiratorios se ven afectados con el tiempo dando como resultado complicaciones cardíacas y respiratorias. No hay cura para la DMD. Los tratamientos que están actualmente en desarrollo, van dirigidos normalmente a restaurar la expresión de distrofina a través de una variedad de medios, pero hasta la fecha, no se han encontrado terapias eficaces en modificar la progresión de la enfermedad.
Ringo es uno de los perros que excepcionalmente “escapó” de la enfermedad y que vivía entre un grupo de perros en Brasil, con el defecto genético que causa la DMD. Los perros con DMD, tienen los mismos síntomas que los seres humanos y por lo general sucumben a la enfermedad alrededor de los 2 años. Ringo nunca desarrolló los síntomas de debilidad muscular asociados a la enfermedad y vivió hasta la edad de 11 años. Por otra parte, los padres de Ringo y padres de varias camadas, tuvieron un cachorro llamado Suflair que también escapó de la DMD, lo que sugería fuertemente que estaba en juego un factor genético de protección.
Los investigadores del Hospital Infantil de Boston, el Instituto Broad del MIT y Harvard, y la Universidad de Sao Paulo en Brasil, se propusieron determinar cómo Ringo y Suflair vivían con el músculo en pleno funcionamiento a pesar de la ausencia de distrofina. El primer autor Natassia Vieira, Ph.D., becaria en el laboratorio del autor principal, Lou Kunkel, Ph.D., en el Hospital Infantil de Boston, ya había trabajado con los perros en Brasil.
«Los estudios de asociación del genoma pueden ayudar a identificar las regiones específicas en el ADN que podrían estar implicados en la gravedad de la enfermedad,» dijo el Dr. Kunkel, quien descubrió el gen de la distrofina en la década de 1980. Su equipo utilizó varios métodos para analizar el ADN de los perros “Escaper” y compararlo con el ADN de sus homólogos gravemente afectados. Los tres enfoques apuntaban a la misma región de ADN, donde una mutación resultó tener un incremento en la expresión de un gen llamado Jagged1, que no está relacionado con la distrofina o cualquiera de sus proteínas asociadas.
Para confirmar rápidamente estos hallazgos, los investigadores recurrieron a un modelo de pez cebra con DMD. El equipo modificó el pez cebra afectado por DMD, para producir un incremento de los niveles normales de Jagged1, y se encontró que la sobreexpresión del gen, protegía el pez cebra contra el desgaste muscular, síntomas similares a los de Ringo y Suflair.
Otros análisis mostraron que Jagged1 está implicado probablemente en el crecimiento celular y la reparación, lo que sugiere que una terapia para la DMD que estimule la expresión de Jagged1, podría ser capaz de inducir la regeneración de los tejidos musculares específicos. Los investigadores advierten que se necesita más investigación para comprender mejor el papel de Jagged1 en el desarrollo del músculo esquelético y la enfermedad, especialmente en los seres humanos.
«Si podemos aumentar con seguridad la expresión de Jagged1 en los seres humanos afectados por DMD, podemos tener una nueva terapia prometedora que podría reducir drásticamente los síntomas de la enfermedad y prolongar la vida de los jóvenes afectados por ella,» dijo el Dr. Vieira. Por ahora, los investigadores están colaborando con la industria farmacéutica para seleccionar fármacos que pueden estimular la expresión Jagged1 en los seres humanos.
Este trabajo fue apoyado por NIAMS (número de concesión R01AR064300) y el NIH’s Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (P30HD018655). El apoyo adicional fue proporcionado por el Fondo de Investigación de Duchenne, la fundación Bernard F. y B. y la fundación Alva B. Gimbel, el Consejo Sueco de Investigación, y la Asociación de la Distrofia Muscular.
Colleen Labbe, M.S.
Fuente: Institute of Arthritis and Musculoeskeletal and Skin Diseases (NIAMS)